martes, 17 de mayo de 2011


TIRO SIN GRACIA
Acrílico sobre tabla
100 x 80 cm
Autora: Yolanda Pérez "Yola"


La medida de todas las cosas: un hombre desnudo. Un boceto eternamente inacabado. Exponente gentil de la inocencia. Sumo alegato de la experiencia. Siempre perfectible. Siempre dispuesto a conocer y a sentir, a  envejecer remozándose y aprendiendo. El hombre de Vitruvio: un microcosmos que anhela proporción, universal correspondencia. ¿Ser o no ser? Algo más que simplemente ser el ombligo del mundo. Alguien que ansía girar con él.  Con desapego. Sin afán espurio. Pero confiando. Desposeído. Inerme.
La media de todas las batallas. Porque la muerte siempre calcula, obtiene porcentajes, sopesa toda inversión y acaba inoculándonos letal el beneficio. Oh, pequeña infanta, doncella putrefacta que empuñas la codicia con tesón, que engalanada con sacrosanta y ritual orfebrería, nos cautivas siempre. Nos reduces. Nos entretienes. E invariablemente acabas mostrándonos ese espectáculo de charanga y metralleta que cada  nuevo siglo, con sangre nueva en tus venas, nuevamente interpretas: “¡Abajo la inteligencia! ¡Viva la muerte!”, que ya escuchara Unamuno, oh infanta, de tu más infame infantería.
Nos sigue separando esa alambrada trenzada con la sinrazón, el miedo, la ignorancia. El mismo muro milenario de la indolencia y la humillación sigue aún hoy en pie. ¿Recuerdas a Pink Floyd? Porque nunca hubo diálogo fértil entre reyes y plebeyos, entre las armas y las letras, entre los inquisidores y tanto descontento. Pero ¿cuánta incomunicación, cuánto desaire puede soportar el hombre? A sus 93 años, lo ha dicho Stéphane Hessel con jovial rotundidad: “Crear es resistir. Resistir es crear”.

Rafael Carcelén

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