martes, 17 de mayo de 2011

EXPOSICIÓN MENINAS ASESINAS: TODOS LOS CUADROS Y LOS TEXTOS







Meninas Asesinas es un proyecto colectivo cuyo objetivo es poner en cuestión algunas de las ideas que se desprenden de los grandes temas de nuestro tiempo: Política y poder, capitalismo y miseria, trabajo e inmigración, religión, medios comerciales de comunicación, aristocracia, guerra, juventud, drogas…
La vida es un acontecimiento misterioso y alucinante; la vida es preciosa, pero todos sabemos que no es sencilla, es dinámica e imperfecta, profunda y difícil. Muchas veces se nos muestran los hechos que en el mundo suceden, principalmente mediante los medios comerciales de comunicación, como indiscutibles, inamovibles y rotundamente certeros desde el punto de vista que se tratan. Pero los artistas que aquí participan, valientes e inquietos, no pueden conformarse con la versión oficial, populista y dominante, de las cosas.
Velázquez ya pensó de esta forma, y fue un revolucionario de la pintura, y así hoy se le reconoce. Harto de pintar retratos idílicos decidió pintar aquello que sucedía fuera del cuadro. La infanta Margarita atendida por sus damas de corte, un enano pateando al perro, un hombre a medio entrar, el propio Velázquez, ¡los reyes relegados a un reflejo en el espejo! No era normal pintar la imperfección de la vida, su movimiento. El poderoso, que era el mecenas, causa y fin del arte, prefería la simple perfección del gesto inmaculado, su mejor perfil aunque fuera inventado.
Parece ser que todavía hoy, casi cuatrocientos años después, no hemos aprendido mucho de Las Meninas de don Diego de Velázquez. Preferimos ser fotografiados sin las arrugas de la edad, retocados hasta parecer otros. Preferimos ocultar nuestra drogadicción. Preferimos no saber lo que ocurre en el Congo. Preferimos pensar que nuestros modélicos hijos son incapaces de hacer el mal. Preferimos a políticos con buena presencia antes que a políticos con buenas ideas. Preferimos la apariencia de lo real a la realidad misma. Vivimos de las sombras, y esto es inadmisible.


Ramón Rico Carpena
Comisario de la exposición

DEMOCRACIA
Óleo sobre tabla
Díptico. 100x100 cm. x 2
Autor: Omar Arráez


La política dejó de ser una acción social basada en la empatía y el sacrificio de los intereses particulares. Ser político es hoy un trabajo, y eso es inadmisible. Cada uno de los representantes de los partidos políticos tiene como único objeto defender su individualidad y atacar la del otro. No existe el diálogo. Lo mismo da hablar de leyes que de manzanas, la cuestión es no sudar, y que no te vean gordo, canoso, calvo o mal maquillado por la tele. "La fotografía es lo importante", que diría Zapatero.
Los políticos son la epidermis de un sistema perverso, su rostro aséptico, no transpirable, impasible sobre fondo blanco. Las autoinvestidas estrellas del espectáculo. Quizás no corra la sangre por sus venas, o eso muestran, autómatas perseverantes, inmaculados e inequívocos. Pero, aun tratando de evitarlo, dejan rastro de su humanidad cuando: no renuncian a pensiones vitalicias inmorales, se corrompen, prevarican, o hacen lo posible por extorsionar a jueces y periodistas.
Bien claro nos dejan que toda oposición frontal al sistema capitalista es terrorismo, que todo acto violento es injustificable, que toda insumisión será reprimida para dar ejemplo, que si existe ineficacia política o judicial es porque el sistema funciona y sigue su curso inalterable. Mientras tanto, olvidan que tanto Jesús como Sócrates (mártires y visionarios demócratas) murieron injustamente para hacer cumplir la ley, que tuvimos que decapitar a Luis XVI para poder avanzar, y que prácticamente todo lo conseguido por las democracias modernas ha sido por iniciativa popular.
Ellos, que hablan en su tierra de justicia y derechos humanos, son patrocinadores del crimen y proveedores de la guerra en conflictos lejanos. Podríamos aceptar, cómodos, desde nuestra mullida opulencia, que esta violencia tan fría y calculada es una realidad inevitable que debemos asumir. Pero nosotros no consentimos:
He aquí un justo asesinato pictórico. Probablemente, no votar sea hoy el único ejercicio democrático posible.

Omar Arráez Pérez - Ramón Rico Carpena

* * *
 
Mientras Velázquez pinta Las Meninas, en plena cumbre pictórica y vital, todo un mundo y su manera de entenderlo se desmoronan a su alrededor. ¿Qué más da si pleitos o treguas,  si tirios o troyanos, si Flandes o Turquía? Si después la muerte, esa doncella con esterilizada bata blanca,  de gesto adusto aunque punzante, con su perfil al sesgo, llega y sus purgantes pinceles todo lo tachan. Si, en sepulcral silencio entonces, todo con anodino desdén se iguala. Con esa amnésica  violencia de guante blanco que, tan políticamente correcta, tan indolentemente desapasionada, nunca nos afecta, nunca nos traspasa.
 Oh antiséptica eternidad, ¿quién enturbia nuestros sentidos para no distinguir el grito del silencio,  el honesto del farsante, el humo de su fuego? Porque la escena siempre se repite. Basta una misma luz sobre dos sombras escasas: un mismo tupperware donde abocar, para poder mostrarlos como pírrico trofeo, las cabezas seccionadas de Rajoy y Zapatero. Purgante epílogo a otra monótona disputa, a otro ejercicio ¿democrático?, ¿demoscópico?, ¿demagógico? Porque todos somos hijos del contraste y la esperanza, redundantes herederos de un común malestar, de un cavilar altanero. Apasionados titanes de un encantamiento similar. Perplejos espantajos ante una idéntica decepción.

Rafael Carcelén
 

PRINCESAS
Acrílico sobre tabla
100 x 140 cm
Autora: Maite Carpena


I WANT TO BE ON TV
¿Quiénes son estas tres mujeres? ¿Qué podemos decir de ellas? Aparentan ser tan distintas y a su vez tan parecidas… ¿Por qué nos sorprende verlas juntas, compartiendo asiento, en una misma sala? O mejor, y por el contrario: ¿Por qué no nos sorprende verlas juntas?
¿Y qué hay de nosotros? ¿Podríamos estar realmente interesados en ellas? ¿Hasta qué punto las conocemos? ¿Nuestras vidas, qué tienen que ver con las suyas?
Lo cierto es que ellas disfrutan del mismo prestigio. Y nosotros, la mayoría de los españoles, envidiamos su estatus. Sencillamente, salir en televisión es lo importante. Debemos admitir que, en mayor o menor medida, deseamos y esperamos ser alguna vez como ellas. Quizás creamos que la sociedad todavía no nos ha descubierto, que nuestro talento no es reconocido como se merece, y que en realidad valemos mucho más de lo que la gente cree.
Así, mientras tratamos de desbancarlas imaginariamente de su ubicación social, leyendo chismes e inflando nuestros egos con sus fracasos y derrotas, ellas: la "princesa del pueblo" y portavoz de la emoción popular, la aristócrata latifundista "hippie", y la "princesa por sorpresa", acrecientan su poder en los medios comerciales de comunicación.
A estas mujeres no las conocemos, pero creemos conocerlas. De mil maneras nos han obligado a saber de sus vidas y, en el fondo, a envidiarlas.
"Yo lo que quiero es salir en televisión".

Ramón Rico Carpena

LA ÚLTIMA CENA
Óleo sobre tabla
100 X 220 cm
Autor: Vicente Beltrá


La evasión no siempre significa huida.
Celebraban la inminente muerte del amor. Lo desconocido se rechaza.
El menú había sido largo y estrecho.
Bajo la mesa anidaba un demonio oscuro haciendo de los pies cemento.
Millones de cenas sin alma, buscadas dentro de las doce cáscaras sin vida. Llenas de alimento, vacías de digestión. Bruma y carencia. Luto y soledad.
El treceavo miembro del club lo está dejando. Dejó dicho antes de la cena que no quería sobremesas, por eso se escapó del cuadro.
La evasión no siempre significa huida.
El treceavo miembro, el más fiel y traidor a un tiempo pagó la cena y se fue bien lejos, escapando de un absurdo amanecer. Culpable, sañudo y mortal.
La huida no siempre es evasión.

Miguel P. Santos

GENERACIÓN NI-NI
Técnica mixta sobre tabla
100 x 100 cm
Autora: Isabel Ortín


Generación ni-ni, o la hipertrofia en la desolación
En estos últimos años se ha designado con el nombre de Generación Ni-Ni a un sector mínimo de la población joven —todo sea dicho—, que se caracteriza por el hecho de no estudiar ni trabajar, esto es, en dedicar su vida a esa esfera de la realidad que tanto gusta a los españoles como es el ‘ocio’, o más bien diríamos: a la vagancia y la sinvergonzonería que definen a toda alma mucilaginosa digna de serlo…
Y debido a esas virtudes inherentes, estos jóvenes (cuya edad oscila entre los 14 y los 30 años) se quejan del panorama desolador que (les) depara el futuro.
Bien es cierto que en los últimos años este viejo país ineficiente no encuentra el momento para salir de una crisis que, más que económica, comenzó siendo anímica e intelectual en un principio y que hoy es la principal causa de que estos ni-ni no avancen en la vida ni se desarrollen como personas, porque ‘no se puede’, según dicen…
Pero la realidad es una y habla por sí sola: no estudian porque los estudios hoy en día no aseguran un trabajo ‘digno’; ni trabajan porque, o bien se han ‘acomodado’ o bien porque sus padres no es que no hayan sabido transmitirles unos valores para su correcta integración en la sociedad, es que estos jóvenes no los quieren asimilar ni llevar a la práctica…
Pero eso sí, dinero que no les falte para que (nos) coman bien; ni tampoco derechos injustificados para contribuir con sus baladronadas a que se produzca en ellos lo inevitable: una hecatombe moral que conduce a la desolación por no saber cómo —y no querer— poner los pies en la tierra y enfrentarse al mundo con medios o estrategias que no sean la abulia, la desidia, la zozobra, la incertidumbre, y por supuesto la ensoñación ante cosas que, con esa actitud, nunca conseguirán… entonces el refrán: “Cría cuervos y te sacarán los ojos” adquiere una nueva connotación en ellos: “críame como sea que te vas a enterar de lo que significa ser joven en estos tiempos”. Vale.

Alejandro Jacobo Egea

SIN TÍTULO
Acrílico sobre lienzo
100x90 cm
Autora: Ana Ortín


DEL FUTURO TE TRAIGO NEUTREX OXÍGENO
feien pudor i eren roïns, volien imposar-nos la seua cultura, volien aixecar mesquites, perpetrar atemptats terroristes, posar el vel a les nostres filles i fins i tot sodomitzar-nos amb els seus efectivament trenta centímetres. quan vàrem voler STOP A LA INVASIÓN ja era massa tard, i EN ESPAÑA, LOS ESPAÑOLES van deixar d’anar PRIMERO. al cap de pocs anys, no quedaven gairebé blancs a la península a causa del ben conegut gen dominant dels negres, els qui hi quedaven treballaven com a eixugaparabrises, venedors ambulants de música pirata o collidors de maduixes, tret, això sí, dels jugadors de futbol de primera divisió –uh, uh, uh–, on cada equip podia comptar fins amb tres comunitaris. ara, els alcaldes són integristes magrebins i el president és un dictador comunista mig xinés mig cubà que ha prohibit el consum de pernil, els policies són subsaharians que abusen de les blanques il·legals en cel·les obscures i humides i a les places de nyus tothom victoreja els matadors senegalesos amb m’butombs, que són l’equivalent dels nostres olés en africà estàndard, l’única llengua oficial a al-andalus.

venien a furtar-nos el treball i les dones, i van aconseguir-ho de debò.

Jesús Belotto

COLTÁN, POR NUESTRA COMODIDAD
Técnica mixta sobre lienzo
100 x 100 cm
Autor: Carlos Martínez García


El niño escupió sobre sus manos encallecidas. Apretó los labios al frotar la una con la otra antes de volver a coger el martillo y el cincel, dispuesto a arrancar los grumos de tierra y piedras que le separaban de sus tres dólares diarios. Más allá, recostados bajo el único árbol que ofrecía algo de sombra en la superficie yerma de la mina, dos militares babeaban. De la tierra agujereada comenzó a emanar un olor rancio de podredumbre. El niño, extrañado, dejó de picar.
Un ruido fue, poco a poco, conquistando el ambiente. Se hizo ensordecedor hasta el punto de que el niño pensó que sus tímpanos reventarían. (Por supuesto él no sabía lo que es un tímpano, simplemente sintió cómo el dolor dentro de su orejita se acrecentaba.) Un carro alado apareció tras la colina y por todas partes el polvo se levantó hacia el cielo. El niño sintió el polvo rojo y gris penetrar los orificios de su cuerpo.
El carro detuvo sus alas metálicas y un dios blanco descendió a la tierra oscura. La mina recuperó su sinfonía metálica habitual y el niño siguió picando sin que su curiosidad le permitiera retirar la mirada del dios blanco del coltán, que hablaba con los militares y con un aparato que sostenía junto a su oreja. Había oído que ese artilugio estaba hecho del mineral que tanto le costaba encontrar y pensó que quizá ese mineral fuera mágico, ya que permitía hablar con quienes no estaban delante.
El olor pútrido le despertó de sus ensoñaciones. Cada vez se acentuaba más. Provenía de la tierra. Arrancó una piedra y descubrió debajo algo negro y brillante. Se alegró: podría llevar algo más de dinero a casa. Sin embargo, al tratar de extraer el mineral con sus manos lo sintió blando. Siguió limpiando el polvo de la superficie oscura y el pedazo que asomaba cada vez se fue haciendo más y más grande, del tamaño de una…
El niño entonces se sumió en el silencio. Limpió bien las hendiduras de aquella cabeza de negro putrefacta. Apartó el polvo de los ojos semiabiertos, vació de tierra los agujeros de la nariz, retiró las lombrices que habían hecho de las orejas de aquella cabeza su casa y observó la expresión de aquel rostro hinchado: le resultaba trágicamente familiar.
Christian Checa

TIRO SIN GRACIA
Acrílico sobre tabla
100 x 80 cm
Autora: Yolanda Pérez "Yola"


La medida de todas las cosas: un hombre desnudo. Un boceto eternamente inacabado. Exponente gentil de la inocencia. Sumo alegato de la experiencia. Siempre perfectible. Siempre dispuesto a conocer y a sentir, a  envejecer remozándose y aprendiendo. El hombre de Vitruvio: un microcosmos que anhela proporción, universal correspondencia. ¿Ser o no ser? Algo más que simplemente ser el ombligo del mundo. Alguien que ansía girar con él.  Con desapego. Sin afán espurio. Pero confiando. Desposeído. Inerme.
La media de todas las batallas. Porque la muerte siempre calcula, obtiene porcentajes, sopesa toda inversión y acaba inoculándonos letal el beneficio. Oh, pequeña infanta, doncella putrefacta que empuñas la codicia con tesón, que engalanada con sacrosanta y ritual orfebrería, nos cautivas siempre. Nos reduces. Nos entretienes. E invariablemente acabas mostrándonos ese espectáculo de charanga y metralleta que cada  nuevo siglo, con sangre nueva en tus venas, nuevamente interpretas: “¡Abajo la inteligencia! ¡Viva la muerte!”, que ya escuchara Unamuno, oh infanta, de tu más infame infantería.
Nos sigue separando esa alambrada trenzada con la sinrazón, el miedo, la ignorancia. El mismo muro milenario de la indolencia y la humillación sigue aún hoy en pie. ¿Recuerdas a Pink Floyd? Porque nunca hubo diálogo fértil entre reyes y plebeyos, entre las armas y las letras, entre los inquisidores y tanto descontento. Pero ¿cuánta incomunicación, cuánto desaire puede soportar el hombre? A sus 93 años, lo ha dicho Stéphane Hessel con jovial rotundidad: “Crear es resistir. Resistir es crear”.

Rafael Carcelén

NO PASA NADA
Técnica mixta sobre tabla
100 x 100 cm
Autor: Alejandro Torres


No pasa nada, formato cuadrado, control por los cuatro costados. No hay vuelta atrás y la sangre ya no puede volver a los vasos comunicantes originales que ahora podemos  imaginar resecos en la habitación de al lado. La fiera de mi niña ha vuelto a actuar, tan inocente ella, con su vestidito de primera comunión recién planchado y ese peinado esculpido con minúsculas calaveritas borrachas de fijador. ¿De dónde habrá salido esta niña tan antigua y por qué habrá elegido el pintor ese fondo de papel pintado tan pastelero, acrílicamente hablando? Igual se ha cargado la niña al pintor en venganza. Y si no, quién puede ser la víctima: ¿los traumas infantiles, si nos vamos por el lado simbólico? ¿una amiga del alma con la que no acababa de congeniar? o será la madre, culpable de que lleve ese hábito tan soso, con lo bonito que queda el traje de princesa para recibir al Señor la primera vez.
Otra cosa a estudiar es la madura frialdad de la mirada, que da más miedo que la niña del Exorcista con una sierra mecánica debajo de la cama, lo que contrasta con  la gracia y la dulzura de las facciones que resaltan el lápiz y el carboncillo. En resumen, un tipo de belleza ya descatalogado y sin embargo atrayente a los ojos de hoy. Creo que no es una modelo, que se trata realmente de una menina profesional y que no es la primera vez que usa el cuchillo con ganas de hacer sangre, quizá porque por sus venas hace ya mucho tiempo que dejó de fluir.

Vicente Deltell

SIN TÍTULO
Rotulador sobre papel
100 x 70 cm
Autor: José Lázaro


Tengo una idea roja palpitante cruz de caballero sanguínea pureza. Reemplazo el jarrón rojo Margarita envilecida por otra flor, roja de lis. Y no queriendo ver el final de mi obra, abandono apresuradamente el cuadro del crimen…
Siempre hay alguien mirándote cuando tú miras. Está ocurriendo ahora, ante nuestros ojos, basta con mirar. En todas las matanzas hay supervivientes que cuentan o callan. Tú eres superviviente…
No nos sintamos necesitadas, lacerar el corazón del gorrión tendido, licor de amapolas en tu boca de menina, y todos los órganos rojos regados de sangre…
La nobleza, el arte, la ciencia, han hecho que unas vidas tengan más valor que otras…la mía, no vale una mierda.

Atilano Ferrer

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